jueves, 21 de junio de 2012

Sobre el pasado, presente y futuro de los medios de comunicación. ¿Nos han puesto la soga al cuello?

[entrada originalmente publicada en madriz.com por Darío Adanti @darioadanti 21/06/2012]

En sus fábulas fantásticas, Ambrose Bierce cuenta que un juez le preguntó a un condenado a muerte que si quería decir algo. El condenado a muerte preguntó que si lo que dijera iba a modificar en algo su condena. No, respondió el juez. Así que el condenado a muerte dijo: “Entonces lo que quiero decir es que usted es el imbécil más increíble que existe en los siete estados de Columbia”.

Condenadas a muerte, o por lo menos gravemente heridas, parece que están las empresas periodísticas tal cual las conocemos. Cierran cabeceras, hay EREs brutales en cadenas de radio y periódicos que dejarán en la calle cientos de profesionales, que les reducirán el sueldo a los demás y que nos pondrán los pelos como escarpias a todos los que trabajamos en los medios.

En los últimos meses me ha tocado participar en dos charlas organizadas por las Asambleas de Barrios del 15M. Las charlas eran sobre el estado de los medios de comunicación y la nueva prensa independiente. La primera fue con la del 15M de Vicálvaro hace un par de meses, y la segunda fue “Cómete al Periodismo” organizada por la Asamblea Popular del 15M del barrio de los Austrias este pasado domingo 17 de junio en una escuela pública de la Latina. La relación de las empresas de comunicación con la banca, la dependencia de la publicidad, la manipulación en la información por intereses comerciales y la manera bestial en que la crisis ha tocado al sector por un lado, y el surgimiento de nuevos medios de comunicación independientes por otro, han sido los temas centrales de ambas jornadas.

Y es que la cantidad de medios nuevos, independientes o autogestionados que han surgido a la sombra del resquebrajamiento de las grandes empresas de comunicación es notable: Diagonal, Ágora Sol, Toma la Tele, El Periódico del 15M, Diario.es, Global Voices, MasPúblico, Líbero o Revista Mongolia son solo algunos ejemplos. Mientras que esto sucede, los capitostes de las grandes empresas de medios llevan a sus cabeceras a la quiebra y apuestan por plataformas gratuitas en internet (y no hablo de que sean gratuitas para los usuarios, sino de que son gratuitas para los colaboradores que generan los contenidos sin cobrar un duro por su trabajo). Me pregunto si es la crisis la que está matando a los medios tal cuál los conocíamos o son sus administradores y dueños los que lo están haciendo. Aquellos que cierran cabeceras o las devalúan en pos de sacarse de encima un problema que ellos mismo crearon (con suculentos beneficios para ellos, claro). Y esto me hace acordar a una vieja tira de Art Spielgeman y Francoise Mouly en que uno le decía al otro que quería matarse, el otro le contestaba que lo que él quería era hacerse rico, y entonces llegaban a la conclusión que deberían suicidarse y después volverse ricos…

Es evidente que, si alguien ha condenado a muerte a los medios de comunicación esos han sido sus propios dueños y administradores, y, al mismo tiempo, si alguien está rescatando a los medios de la ruina son los periodistas, ilustradores, y demás trabajadores que se están moviendo para crear sus propias cabeceras o para conservar aquellas en las que trabajan. A ellos, a los administradores y empresarios de los grandes medios de comunicación, me gustaría decirles lo mismo que le dice el condenado a muerte al juez en la fábula de Bierce:
“Son ustedes los imbéciles más increíbles que han existido nunca en las diecisiete autonomías del territorio español. Y de los siete estados de Columbia también”.

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